Te apuesto las veces que sea compartida esta publicación, a que te encuentras o has estado en la misma situación.

 

Todo parecía salir bien, mis quincenas venían gordas, era el favorito del jefe, cada viernes salíamos por una cerveza.

Un viernes llegas y el mismo “jefazo” se encuentra en su oficina esperándote, te manda llamar y con cheque, carta de renuncia y recomendación en mano, te da las gracias, argumentando que la empresa esta sufriendo cambios, mejoras y que no es un recorte, es un re ajuste.

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Alguien se identifica?

 

Esa pregunta me la hice, el año pasado el día que finalizó mi contrato con la institución de gobierno a la que desafortunadamente, tuve que dejar por recortes de presupuesto, adjudicados extra oficialmente, a las elecciones en 2015.

Justo cuando me quedé sin empleo.

En lugar de entrar en pánico, me dedique un tiempo, hice un viaje y puse mi vida en perspectiva.

Antes de darme cuenta, ya me encontraba con una carpeta de papeles haciendo fila en las “grandes” empresas del sureste del país.

La refresquera, galletera y productora de frituras mas grande del país sería mi siguiente empleadora.

El recorte de presupuesto significó para mí  y para muchos de los que laborábamos en áreas staff “el fin” de nuestra carrera laboral y después de ello aprendí una dura, pero necesaria lección: nadie es indispensable.

Esta sociedad nos dice que el éxito y la seguridad económica se encuentra en trabajar en las grandes y reconocidas instituciones, sin embargo, se les olvida mencionarnos “las letras chiquitas”, esas que nos dicen que en cualquier momento pueden prescindir de nosotros y que si no estamos preparados para ello, puede llevarnos a una crisis financiera y a veces, hasta emocional.

Por la cual, todos hemos pasado o pasaremos.

En mi perspectiva convertirnos en nuestro propio negocio, no necesariamente significa que vayamos a convertirnos en emprendedores. Vaya, ni siquiera dejar de trabajar para la empresa en la que ahora laboramos, ya que ser emprendedor significa aprender a generar ingresos con nuestros talentos y saberlos monetizar. Sin embárgo, lo mas difícil es hacerlo.

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La mejor manera de asegurar tus ingresos y de no poner todos los huevos en una sola canasta es hacerte cargo de tu propia economía, ser el director de tu vida financiera y no ponerla en manos de una solo fuente o institución que la única garantía que te da es que algún día alguien vendrá a remplazarte. 

Puedo emprender? Si

Puedo trabajar para otros? Si, Podría

La cuestión es: ¿Qué debo hacer primero?

Sigue tus instintos…

Te lo recomienda alguien que hoy, esta buscando un trabajo formal, tiene un negocio de renta de mobiliario para fiestas, Trabaja en un negocio familiar de organización de eventos, freelancea en una agencia de publicidad y en un DMC, tiene una marca de ropa y sigue en busca de la olla al final del arcoiris.

Lo importante es hacer lo que más te gusta, de manera apasionada!

 

 

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  1.  Cıvata